domingo, 30 de junio de 2019

Mi padre como luthier...

Recuerdo como trabajó con esa hélice quebrada, de un avión caído en la cordillera de los Andes. Ahuecando, puliendo y lustrando.
Con su oído, que lo guiaba permanente, hasta obtener el peso adecuado y el lustre indicado para su sonoridad, las cerdas para el arco, el modelo del arco y hasta el estuche se lo fabrico él, después de una Audición, en que Interpretamos "Idilio de Luciernágas" y Czardas de Monti con mucho éxito, me dijo quiero una voz mas aguda no de Chello sino de Violín.
"Nuevamente Comenzó a pulir" pasaron varios meses hasta encontrar el peso justo del instrumento, lo mas difícil encontrar la sonoridad justa ,que mi padre tenia en mente, cuando la encontró, lustro nuevamente el ahora "Violín", en una Audición de Fin de Año, tuvo su reestreno, interpretando ahora con mi madre cantado obras de Schubert entre ellas Ave María, estuvo la radio y televisión, el éxito lo siguió hasta que llego a oídos de un violinista del Teatro Colón, después de un tire y afloje, dejó que lo llevaran a su bebe para que otros lo disfrutaran también.

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