Cumpliendo con el ritual de caminar temprano por la playa, en la búsqueda de algún tesoro abandonado
por mi hermano mar.
Año tras año esperaba que llegara ese momento, en mi interior imaginaba como me sentiría el día
que sucediera .
De repente ví, que la baja mar había dejado la puerta de una cueva a la vista...el corazón parecía
que se me saldría ...apresure el paso, corrí como un niño.
Cuando estuve frente a ello...
un libro, pero no uno común, en sus páginas de piedra podía leerse, a cada instante un nuevo párrafo
se presentaba con tal nitidez, era mágico, por momentos podía ver las escenas que relataba, me sentí
atrapada parecía que leía mi mente, a cada interrogante un nuevo párrafo estaba frente a mi.
Me fuí enterando acerca de los antiguos habitantes de estas costas, que la amaban y cuidaban con respeto.
Un día llegaron unos extraños hombres con afán de conquista y tuvo que transformarse en una hermética
piedra.
No obstante por su hermosura muchos la codiciaron aun cuando no podían descifrar sus jeroglificos.
Estuvo entre las joyas de poderosos señores de la época, hasta que lo adquirió un importante coleccionista , que lo envió de nuevo a América, para exponerlo con otras maravillas del Imperio Inca,
el barco que lo transportaba naufragó, así volvió a las costas donde se inició todo, tenía un mensaje para comunicar: deben estar unidos en amor por si mismo y lo que les rodea, no pueden permanecer impávidos , cuiden el aire y las playas, el resultado del desinterés podía verlo en sus páginas, no era de extrañar que se solidificara como el corazón de muchos.
No podía detener mis lágrimas, al despertar todavía tenía mojado el rostro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario